En el mundo de los coches y la conducción, existen diversos factores que pueden comprometer nuestra seguridad en la carretera. Uno de ellos es la aparición de chipotes en las llantas.
Este fenómeno, aunque a simple vista podría parecer inofensivo, es un serio problema que requiere nuestra atención.
A lo largo de este artículo, exploraremos las causas de los chipotes en las llantas, los riesgos que representan y cómo podemos solucionarlos.
Los chipotes son protuberancias que surgen en nuestras llantas. Se forman cuando el neumático ha sufrido golpes constantes en sus costados.
Este fenómeno, aunque común, puede ser una fuente de peligros en la carretera si no se atiende adecuadamente.
La formación de chipotes se produce cuando nuestra llanta choca con elementos laterales como los andenes o cualquier otro objeto.
Este golpe causa un deterioro en la estructura fibrosa interior del neumático. Como resultado de este desgaste, la presión interna del neumático empuja esta área dañada hacia afuera, formando los chipotes.
A pesar de su apariencia inofensiva, los chipotes representan un grave riesgo para nuestra seguridad en la carretera.
Como hemos explicado, los chipotes son el resultado de un daño en las fibras internas del neumático. Este daño puede seguir agravándose hasta el punto de provocar la explosión de la llanta.
Es particularmente peligroso cuando los chipotes aparecen en las llantas delanteras, pues si la llanta estalla, podríamos perder el control del coche, especialmente si vamos a altas velocidades.
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Ante la aparición de un chipote, lo primero que debemos hacer es inspeccionar el neumático. Si el chipote es pequeño y se encuentra en la zona delantera, lo recomendable es trasladar la llanta al tren trasero.
Esto minimiza el riesgo de perder el control del coche si la llanta estalla. Por el contrario, si el chipote es grande o muy protuberante, la mejor opción es cambiar la llanta.
En este caso, es crucial buscar asesoramiento profesional, como el que podemos ofrecer en nuestras llanteras en CDMX Tullanta.com.mx, para determinar la mejor solución.
Algunas personas afirman que se puede reparar un chipote mediante la aplicación de parches o mediante un proceso llamado "seccionado".
Este último consiste en retirar la parte dañada del neumático y reemplazarla con un parche, que luego se vulcaniza.
Sin embargo, esta práctica es muy peligrosa y no se recomienda. El perfil de las llantas está compuesto por una malla, y al cortar el perfil, toda esta malla se debilita, lo que puede traer consecuencias graves.
Las llantas están compuestas por varias capas, entre ellas una cubierta interna que retiene el aire y hace de neumático en las llantas Sellomatic, una capa carcasa con alta resistencia a la presión, y las capas de cubierta o lonas metálicas, que le dan resistencia a la llanta.
Además, cuentan con los hombros o talones inferiores, los flancos y la banda de rodamiento.
Comprender la estructura de una llanta es fundamental para evaluar el impacto y la seriedad de los chipotes. Las llantas no son meros accesorios de nuestros vehículos, sino sistemas complejos cuyas partes trabajan en conjunto para asegurar un desplazamiento seguro y eficiente.
Por tanto, la aparición de chipotes representa un fallo en esta maquinaria que no debe ser ignorado.
La seguridad vial es primordial y mantener nuestras llantas en buen estado es un aspecto esencial para garantizarla.
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